Agentes de Aduanas: 5 cosas a evitar

Por Javier Romeu

En el artículo anterior expuse cinco cosas que aconsejaría exigir a un agente de aduanas. En éste vamos a ver qué características deberías comprobar que tu agente de aduanas no tiene.

1- Escaso margen de maniobra

Por lo general, desconfía de quien te resulta poco abierto a la información o destaca en exceso los riesgos con la administración de aduanas. La Aduana merece el máximo respeto como institución, pero no debe infundir miedo y en su consecuencia frenar las iniciativas.

Un agente de aduanas que se limita en esto deja entrever sus carencias en el conocimiento real de lo que es el tráfico de mercancías y de las libres iniciativas de los comerciantes que, respetando la legalidad como no puede ser de otra forma, merecen mucha más atención en sus particulares necesidades comerciales que las estrictamente relacionadas con la burocracia.

2- Precios deslumbrantes

Lo he visto tantas veces… empresa que compra en China un contenedor con valor FOB 30.000 euros. Le sumas el flete, recargos, gastos en destino, etc. y la importación se le va fácil a los 34.000 euros. Y a pesar del dinero en juego escoge un agente de aduanas sobre otro por una diferencia “teórica” de 30 euros en el despacho de aduanas. Sin duda hoy más que nunca todos debemos recortar… pero ojo que lo barato puede salir caro. Por ahorrar 30 euros (en este ejemplo, el 0,08% del total.), luego ese agente de aduanas barato sale caro: tarda más tiempo en despachar, entra en demoras, no es OEA y tiene mayor porcentaje de inspecciones, etc.

Mi consejo es siempre buscar un precio justo pero acorde al producto que movemos y el servicio que éste requiere. Si exportas azulejos es una cosa, pero si importas calzado, si exportas productos perecederos o, si por ejemplo, importas cosméticos no puedo más que aconsejar que no te dejes deslumbrar por un precio del despacho de aduanas “muy barato”.

3- No pregunta nada o lo pregunta todo

Yo desconfiaría de aquellos agentes de aduanas que no preguntan nada sobre tus mercancías, que no te piden aclaraciones sobre las facturas y que “todo está claro”. Siempre. Vamos a ver, las facturas de muchos proveedores chinos no se entienden bien. Frecuentemente el incoterm está mal, o no especifican bien la mercancía, etc. Si tu agente de aduanas no te pregunta de vez en cuando es que no se mira tus asuntos con el detenimiento necesario. Y eso, al final, lo pagarás caro con sanciones, más impuestos, retrasos, etc.

Pero el caso contrario también se da y hay que evitarlo. Aquellos agentes de aduanas que lo preguntan todo quizás carecen de la experiencia necesaria para entender los asuntos o del saber hacer imprescindible para no molestar al cliente cada 5 minutos.

Y es que en el término medio está la virtud. La relación con el agente de aduanas debe ser fluida pero respetuosa.

4- Desconocimiento práctico

La ambigüedad en la respuesta es síntoma evidente de desconocimiento. En materia de aduanas se sabe o no se sabe, y aunque nadie está obligado a saberlo todo, lo que uno no sabe lo consulta con la legislación, lo interpreta y después informa. La falta de concreción en el asesoramiento es un síntoma suficiente como evitar confiarse a la suerte.

En los asuntos relacionados con la aduana, con el arancel y los problemas con las mercancías, la mayoría de las situaciones tienen una respuesta coherente, casi siempre con opciones o alternativas y, aunque algunas situaciones requieren ser consultadas con determinados textos legislativos, la respuesta debe ser rápida y respaldada con suficientes elementos de contenido.

Los agentes de aduanas con escasos recursos humanos imponen una carga de trabajo a veces desproporcionada en las personas especializadas, que en tales circunstancias, ni pueden valorar la incidencia comercial de los asuntos, ni tampoco disponen de suficiente personal auxiliar y cualificado para hacerse suplir y ofrecer las respuestas que el comerciante espera.

Una clasificación de la mercancía atropellada o incorrecta, una valoración mal practicada o un DUA incorrectamente definido, son situaciones que pueden acarrear consecuencias económicas imprevisibles y desproporcionadas que serán principalmente reclamadas al sujeto pasivo.

5- Insolvencia

Por supuesto es un término difícil de evidenciar, pero revierte tal importancia en el escenario aduanero, que merece la pena tomar todas las medidas posibles para no confiarse en quien carece de respaldo económico para sus propios actos.

En la importación, es frecuente depositar excesiva confianza en el agente de aduanas sin intuir riesgos, por lo tanto hay que saber que un agente insolvente no está capacitado para desenvolverse en la aduana de forma normal, lo que puede revertir serios perjuicios en contra de los importadores que, como obligados principales de las deudas tributarias de sus mercancías, responderán siempre ante la aduana en primera persona.

Esa misma falta de capacidad, fragiliza la seguridad de las mercancías, que pueden quedar expuestas a mayores riesgos económicos por el uso del dinero y la responsabilidad de quien no estuviera en condiciones reales de administrar y responder.

Espero que todos estos consejos te ayuden en la elección de un buen agente de aduanas. Si tienes dudas estaremos encantados de echarte una mano.